Hoy es de esos días que te levantas alegre, con energía, como un día soleado. Lo peor llega cuando ese día, en cuestión de minutos se nubla, y llueve, hoy es de esos días en los que aparecen nubes en el cielo.
Miro por la ventana y veo el sol brillar sobre los tejados y la suave brisa veraniega mecer dulcemente las ramas de los árboles. Luego miro mi interior, y veo una tormenta rugiendo feroz, una lluvia que me inunda; y me miro al espejo y veo pequeñas lagrimas recorriendo mis mejillas.
La razón de mis lágrimas, una sóla frase, una simple contestación a una hipótesis, a un ejemplo doloroso. "Lo hice". Una contestación que me sorprende, y que causó en mi tanto daño como un puñal en mis entrañas.
Y como siempre, está detrás la misma persona, pero no fue quien contestó. La contestación la dió un desconocido, alguien a quien empecé a abrir mi corazon, pero a quien se lo cierro por no merecerlo.
La tormenta se desata, la causa un amigo que me daña, que rompe mi alma en mil pedazos, y de fondo, un intento por sacar a ese amigo de mi corazón y que sólo sea amigo.
Esta tormenta solo tiene un final, mi final. Mi final es la aceptación del dolor, la resignación a la soledad, solo me quedarán algunos pequeños abrazos de gente que me importa y del eterno dueño de mi corazon, una persona que se niega a dejar de serlo y cuando intento expulsarle, aparece para evitarlo.
La tormenta se acaba, he aceptado mi soledad y mi dolor, solo quedan nubes en el cielo, la tormenta se fué...
Jorge Niño
lunes, 14 de junio de 2010
Nubes en el cielo
Publicado por Jorge Niño en 17:25 0 comentarios
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